Regulaciones cripto en EE. UU.: navegando por un panorama complejo
Alrededor de 65 millones de estadounidenses ahora poseen criptomonedas, pero las reglas que la rigen siguen siendo una red enredada de leyes estatales, directrices de agencias federales y resoluciones judiciales en desarrollo. Con EE. UU. avanzando hacia políticas más claras, los inversores e innovadores en criptomonedas se quedan navegando por un espacio normativo fragmentado. Este artículo analiza las normativas actuales sobre criptomonedas de EE. UU., explora los principales retos normativos y la postura del país sobre las criptomonedas, y examina la relevancia de las normas estadounidenses actuales para los traders y la industria en general.
Conclusiones clave:
EE. UU. está cambiando hacia una regulación cripto más ligera y favorable a la innovación, con movimientos como la Ley FIT21, una derogación de SAB 121 y un enfoque de SEC más flexible.
La supervisión fragmentada y las reglas en evolución, especialmente en torno a las stablecoins, la clasificación de activos y el AML, siguen planteando desafíos para un cumplimiento constante.
Los pasos estratégicos, como lanzar una reserva de Bitcoin y fomentar la adopción institucional, sugieren un interés gubernamental a largo plazo en integrar las criptomonedas en el sistema financiero estadounidense.
¿Qué son las normativas sobre criptomonedas?
Las regulaciones cripto son marcos legales establecidos por los gobiernos para gestionar la creación, el trading, la tributación y el uso de activos digitales. Estas normativas tienen como objetivo proteger a los consumidores, evitar actividades ilegales y mantener la integridad del mercado.
La postura actual de EE. UU. sobre las criptomonedas
La postura regulatoria estadounidense sobre las criptomonedas en 2025 está avanzando hacia una mayor claridad y apoyo a la innovación, aunque aún está en marcha un marco federal unificado. La Ley de Innovación y Tecnología Financiera del siglo XXI (FIT21), aprobada por la Cámara de Representantes en 2024, tiene como objetivo establecer reglas integrales para los activos digitales, pero aún no se ha implementado por completo. Como señal de una dirección más favorable a las criptomonedas, la administración de Trump emitió una orden ejecutiva en enero de 2025 para crear el Grupo de Trabajo del Presidente sobre Mercados de Activos Digitales, con el objetivo de “proporcionar claridad y certeza regulatoria”. Presidido por David Sacks, el grupo tiene la tarea de revisar las leyes actuales y recomendar reformas para fomentar la innovación responsable.
Las agencias federales están cambiando gradualmente su enfoque. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC), tradicionalmente estricta con la aplicación de criptomonedas, ha formado un grupo de trabajo dedicado a las criptomonedas. Este grupo está trabajando para simplificar los procesos de registro, describir las expectativas de divulgación y proporcionar claridad sobre qué tokens califican como valores. Cabe destacar que la SEC ha suavizado su postura sobre ciertas categorías de criptomonedas, como las monedas meme, lo que indica que ya no pueden tratarse como valores.
Los reguladores bancarios también han relajado su supervisión. La Reserva Federal rescindió las directrices anteriores que exigían a los bancos que notificaran a los reguladores antes de participar en actividades relacionadas con las criptomonedas, optando en su lugar por la supervisión de supervisión estándar. Del mismo modo, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) ha confirmado que los bancos pueden participar en actividades cripto permitidas sin aprobación previa, siempre que gestionen los riesgos de forma adecuada.
Sin embargo, las normativas a nivel estatal siguen estando muy fragmentadas. Wyoming sigue liderando con políticas favorables a las criptomonedas, ofreciendo licencias claras y protecciones legales que atraen a las empresas de cadena de bloques. Por el contrario, algunos estados siguen manteniendo marcos más estrictos o subdesarrollados, lo que da lugar a un mosaico normativo que complica el cumplimiento para las empresas que operan entre líneas de estado.
En otros desarrollos, el gobierno federal ha lanzado la Reserva Estratégica de Bitcoin y el Almacén de Activos Digitales, un movimiento sin precedentes que integra los activos digitales en la planificación de infraestructura nacional. Aunque esta iniciativa muestra un fuerte interés institucional, también introduce nuevos retos de cumplimiento tanto para agencias gubernamentales como para participantes del mercado.
¿Qué problemas normativos existen para las criptomonedas?
La regulación de las criptomonedas en EE. UU. en 2025 sigue lidiando con varios desafíos persistentes, a pesar de los esfuerzos por establecer marcos más claros.
Claridad y fragmentación normativas: La ausencia de un marco normativo federal unificado en EE. UU. conduce a incoherencias entre estados, creando un entorno complejo para el cumplimiento. Aunque algunos estados han adoptado políticas favorables a las criptomonedas, otros han impuesto normativas más estrictas, lo que da lugar a un mosaico que complica las operaciones nacionales para las empresas de criptomonedas.
Clasificación de los activos digitales: Determinar si las criptomonedas deben clasificarse como valores, materias primas o una nueva clase de activos sigue siendo un problema polémico. Esta ambigüedad afecta a la forma en que se regulan los activos digitales y a las medidas de cumplimiento necesarias.
Supervisión de Stablecoin: Las Stablecoins, que están vinculadas a las monedas tradicionales, plantean desafíos normativos únicos. Cuestiones como la transparencia de las reservas, los derechos de canje y el riesgo sistémico son fundamentales para los debates en curso sobre cómo regular eficazmente estos activos digitales.
Evolución tecnológica: El rápido avance de la tecnología blockchain a menudo supera los desarrollos normativos, lo que dificulta a los reguladores abordar los riesgos emergentes y a las empresas garantizar el cumplimiento de normativas obsoletas o poco claras.
Coordinación global: Las criptomonedas operan a escala global, pero los enfoques normativos varían ampliamente entre países. Esta falta de coordinación internacional puede conducir al arbitraje normativo, por el que las empresas explotan jurisdicciones más indulgentes, lo que socava la estabilidad financiera global.
Por qué esto es importante para los traders de criptomonedas y la industria
A medida que las criptomonedas maduran desde los márgenes de las finanzas hasta la generalización, se necesitan reglas y supervisión claras para proteger a las personas y fomentar un ecosistema estable y fiable que beneficie a todos los implicados.
Protección de los inversores: El rápido aumento del mercado de criptomonedas ha sido igualado por choques igualmente drásticos, a menudo impulsados por fraude, desinformación o supervisión inadecuada. Por ejemplo, los colapsos de FTX y Terra Luna en 2022 fueron llamadas de atención que expusieron la vulnerabilidad de los inversores minoristas en entornos no regulados. Sin garantías normativas, los inversores se enfrentan a estafas, manipulación del mercado y falta de recursos legales cuando las plataformas fallan. Los conocimientos de la MIT Sloan School of Management muestran que los traders menos experimentados tienden a sufrir más en estas situaciones. La regulación ayuda a nivelar el campo de juego mediante la aplicación de la transparencia, la exigencia de revelaciones y la garantía de una conducta justa del mercado.
Lucha contra los delitos financieros: La naturaleza descentralizada de las criptomonedas atrae a malos actores, pero una regulación eficaz no tiene por qué ahogar la innovación. Al implementar estándares de AML, verificación de identidad y reglas de viaje para las transacciones, los reguladores pueden eliminar el uso ilícito mientras preservan la libertad que hace que las criptomonedas sean valiosas. El FATF ha demostrado que los marcos de cumplimiento pueden fortalecer el ecosistema haciéndolo más seguro y fiable, fomentando una adopción más amplia.
Adopción institucional: Los bancos, los fondos de pensiones, las empresas y otros actores institucionales siguen siendo cautelosos al entrar en el espacio de las criptomonedas, en gran medida debido a reglas poco claras o inconsistentes. Para que las criptomonedas maduren, necesita el respaldo de estos participantes pesados. La regulación proporciona la claridad y las medidas de protección necesarias para que las instituciones integren con confianza los activos digitales en sus ofertas. También ofrece a las empresas un marco con el que gestionar de forma responsable las criptomonedas en sus balances. Como señaló el FMI, una regulación sólida es esencial para promover la estabilidad financiera e integrar las criptomonedas en la economía global de forma responsable.
Crear estabilidad: Las oscilaciones de precios salvajes se han convertido en sinónimo de criptomonedas, lo que disuade a los usuarios e inversores cotidianos. Aunque cierta volatilidad es inherente a los mercados emergentes, la regulación puede ayudar a controlar las fluctuaciones más extremas. Las reglas que frenan la manipulación, estandarizan la valoración de activos e introducen salvaguardas como los disyuntores durante los choques pueden aportar la estabilidad necesaria. El FMI señala que alinear las criptomonedas con las políticas de flujo de capital existentes puede minimizar las interrupciones del mercado, lo que hace que esta clase de activos sea más resiliente y capaz de atraer a un público más amplio.
Claridad legal e impuestos: Uno de los mayores dolores de cabeza en las criptomonedas es la falta de coherencia legal. ¿Es una seguridad? ¿Un artículo? ¿Propiedad? Dependiendo de la agencia o jurisdicción, la respuesta cambia. Este mosaico crea confusión tanto para empresas como para traders individuales, especialmente cuando se trata de obligaciones fiscales y requisitos de cumplimiento. Unas normativas claras definirían el estado legal de los activos digitales, armonizarían el trato fiscal y reducirían la carga operativa de navegar por reglas contradictorias.
Prevención de riesgos sistémicos: Las criptomonedas ya no están aisladas del sistema financiero tradicional. El desplome de Terra/Luna atravesó fondos de cobertura, bancos e inversiones en todo el mundo. A medida que los activos digitales crecen en escala e interconectan con las finanzas globales, aumenta el riesgo de contagio. La regulación puede servir como amortiguador, haciendo cumplir los requisitos de capital, estableciendo estándares de gestión de riesgos y garantizando que las empresas fallidas puedan liquidarse sin causar daños generalizados. El Consejo de Estabilidad Financiera ha establecido recomendaciones críticas en esta área para protegerse contra fallos sistémicos.
Coordinación e interoperabilidad globales: Dado que las criptomonedas no tienen fronteras, las normativas inconsistentes entre países crean lagunas y pesadillas de cumplimiento. Sin coordinación global, las empresas pueden explotar jurisdicciones indulgentes o quedar bloqueadas en mercados clave. Un enfoque internacional armonizado, como el marco MiCA de la UE o los estándares globales de IOSCO, haría que la actividad transfronteriza fuera más fluida, reduciría el arbitraje normativo y permitiría a la industria escalar de forma más cohesiva y responsable.
El futuro de la regulación de las criptomonedas en EE. UU.
EE. UU. está haciendo la transición hacia un régimen cripto favorable a la innovación, con énfasis en la desregulación, la claridad legislativa y la gestión estratégica de activos. Su gestión incipiente ha señalado una desviación significativa del enfoque anterior, que exige mucha ejecución, priorizando la claridad regulatoria y el crecimiento de la industria. Las acciones clave incluyen la orden ejecutiva de enero de 2025 que establece un grupo de trabajo interinstitucional para revisar y potencialmente rescindir las normativas restrictivas, junto con el despido de la SEC de casos de alto perfil contra Coinbase, Robinhood Crypto y OpenSea.
Mientras tanto, el grupo de trabajo de criptomonedas de la SEC, dirigido por Hester M. Peirce, tiene como objetivo optimizar las rutas de registro de los tokens y aclarar los límites jurisdiccionales, especialmente para las monedas meme, que la SEC ya no clasifica como valores. Además, la derogación del Boletín de Contabilidad del Personal (SAB) 121 elimina las barreras para los bancos que ofrecen servicios de custodia cripto, lo que fomenta la participación institucional.
Los esfuerzos bipartidistas están ganando impulso en el esfuerzo por formalizar la supervisión de las criptomonedas, con la regulación de stablecoin a la cabeza. Las propuestas clave, como la Ley GENIUS y la Ley de Claridad para Pagos de Stablecoins de 2023, están impulsando requisitos como reservas individuales, auditorías periódicas y una mayor transparencia de los emisores, lo que hace que las stablecoins estén más en línea con los estándares financieros tradicionales.
Al mismo tiempo, la CFTC y la SEC están desarrollando límites jurisdiccionales, y se espera que el Congreso apruebe la legislación de estructura de mercado que determinará si los criptoactivos se clasifican como valores o materias primas. Estos movimientos están diseñados para reducir la fragmentación actual del panorama normativo, ya que las stablecoins ahora se enfrentan a un mosaico de regulaciones a nivel estatal que impulsan los costes de cumplimiento.
En resumen
El gobierno federal de EE. UU. está avanzando hacia un régimen normativo cripto más claro e innovador, haciendo esfuerzos para agilizar la supervisión, impulsar la adopción institucional e integrar los activos digitales en la estrategia económica. Sin embargo, hasta que las políticas federales se alineen por completo y se concilien las diferencias estatales, el entorno normativo para las criptomonedas en EE. UU. sigue siendo complejo y dinámico. Los traders y los actores de la industria deben comprender este entorno complejo, pero madurador, para sortear los riesgos y aprovechar las oportunidades emergentes.
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